Todos estamos de acuerdo que debemos estimular a los niños menores de 12 años para que adquieran buenos hábitos de vida. Esto repercutirá posteriormente no sólo en su persona o en la sociedad en la cual se desenvuelva sino que también se espera que  sean factores multiplicadores de esas “buenas costumbres”.

Sin dudas uno de estos buenos hábitos es  la actividad física y  para ello primero deben aprender, incorporando el hábito de la actividad física a sus vidas y el Taekwon-do es en este sentido es una buena alternativa, ya que, se ofrece actualmente para suplir la deficiencia  que tiene la educación formal en este sentido.                                         

  Como valor agregado, este arte marcial, que es una filosofía de vida, enseña a los niños a crecer con disciplina, incorpora el respeto por el maestro y lo expone reiteradamente frente a sus propias dificultades que son valores que se vienen perdiendo en nuestra sociedad en forma alarmante.

   El Taekwon-do ITF paso por varias etapas en su inserción en la comunidad pero, actualmente en Argentina, los practicantes del Taekwondo-do ITF en todas sus líneas suman alrededor de 250.000, siendo una de las actividades deportivas más practicadas en el país y el  reconocimiento social ha llegado a tal punto en la actualidad que en el año 2009 Clarín otorgó al Taekwon-do ITF el Premio a la Revelación que le fuera entregado al practicante Axel Vargas.

         A las 6 de la tarde, en todas las ciudades de todas las provincias, los padres llevan a sus hijos a Taekwon-do, buscando en la disciplina algo más que un simple desarrollo deportivo y la ciudad de Berisso no es la excepción. Ellos saben que el Taekwon-do no solamente es deporte, es también cultura, filosofía, educación fundamentalmente, y que constituye para sus hijos una experiencia fascinante y altamente formativa.                                     

      Por lo tanto, el Taekwon-do ha alcanzado un nivel de desarrollo en la Argentina muy difícil de entender, será quizás porque continuamente trabaja y aporta educación a través del movimiento y como ya concluímos anteriormente el Takwon-do  no solamente es deporte, es también cultura, filosofía, educación fundamentalmente, y que constituye para los hijos una experiencia fascinante y altamente formativa.